En épocas de paz se necesita a hombres de paz, a aquellos idealistas que harán que se mantenga. No es época para los hombres que lucharon la guerra.
En un apartamento, ubicado dentro del barrio de una zona suburbana lejana del centro de la ciudad, la música de un grupo musical resuena en una radio con reproductor de CDs. El vocalista canta con bastante entusiasmo letras sobre la vida en tiempos de crisis. En aquella sala decorada con varios cuadros de paisajes y con diversos adornos esa música parece desentonar un poco.
En una de las paredes de color melón se puede observar que han colgado lo que parece un mural cubierto compuesto de varios recortes de periódicos. De izquierda a derecha es posible ver diversos titulares en lo que parece el orden cronológico de la historia de alguien importante, una línea de tiempo de la vida de alguien.
El primero tiene en grandes letras negras: “Polémica sobre PROYECTO SÚPER SOLDADO”. Debajo se observa un encabezado: “Se cree que el procedimiento es peligroso para los candidatos que se están exigiendo”. Debajo de esté hay fotos de lo que parece ser un edificio militar siendo resguardado por varios oficiales uniformados de grupos protestando.
Es una historia sencilla: Era una época de crisis. Crimen organizado, revueltas, conflictos con los países cercanos, especialmente eso último. El alza de los súper humanos en los países desarrollados trajo como resultado que se intentara replicar los procedimientos para crear a uno de los primeros súper humanos con aplicación militar.
El segundo recorte muestra un titular menos alentador: “Índice de fallos del proyecto SÚPER SOLDADO llega a niveles preocupantes”. Debajo una leyenda indica: “Se acuerda que en adelante los candidatos sean voluntarios”. Las fotos muestran a un joven que parece haber desarrollado escamas, sus ojos parecen estar inyectados de sangre mientras que sus manos tienen algo similar a garras afiladas, no obstante, no tiene ropa y está en la esquina de lo que parece una celda. Otra de las fotos muestra una morgue con varias bolsas para cadáveres.
Pero claro, como todo procedimiento tomado sin reflexionar, hubo un alto índice de víctima letales y otras en las que hubiera sido mejor fuera letal. El joven que se volvió lagarto terminó siendo muerto a tiros cuando escapó de su celda de contención y atacó a los militares.
El tercer recorte es algo más grande, de hecho, prácticamente las letras abarcan un tercio de la hoja mientras que el resto es una fotografía de un joven de al menos unos 17 años flotando por encima de un grupo de asombrados espectadores. El titular dice: EL PRIMER SÚPER SOLDADO CHILENO.
Hasta que, finalmente, el éxito. Un joven de 17 años no sólo sobrevivió el procedimiento sino que desarrolló súper poderes. Fue el soldado que el país necesitaba.
Lo que sigue es un collage de fotos del mismo joven, ahora con un uniforme de cabo levitando en diferentes escenarios con autos y armas orbitando a su alrededor. Siguiendo la izquierda a la derecha se puede apreciar cómo crece, se hace más un adulto, robusto y de mirada seria.
Y en los siguientes 15 años se encargó de que todo quedara en orden. Aplacó conflictos, luchó en guerras, mantuvo el orden dentro del país cuando era necesario. Y, más importante, protegía al presidente cuando este tenía que salir. Quizás fue un militarismo extremo, pero sirvió para dejar las cosas en orden.
El siguiente bloque tiene diversas fotos donde se ven muchos conflictos en los que interviene el mismo soldado lanzando piezas de metal contra diversos grupos en revueltas o enfrentamientos armados. Entre ellas destacan tres en ellas se ve a la misma persona en ceremonias recibiendo un galardón. La primera dice: “Teniente Chile”. La segunda: “Capitán Chile”. La última dice finalmente: “Coronel Chile”.
Nombre Clave: El Coronel Chile
Poderes: Capacidad de vuelo Mach 5. Se piensa que podría llegar a Mach 10 de ser necesario. Habilidad de manipular todo tipo de metal. Se ha concluido que no tiene relación con magnetismo. Así que, en teoría, metales no magnéticos son igual de letales en su presencia.
Nacionalidad: (¿En serio es necesario ponerla?) Chile.
Esa es su ficha. Como todos los demás está registrado. Pero ahora su rango no es más que decorativo.
El último bloque sin embargo no luce alentador. El primer titular sólo lee: “Coronel es derrotado”. Los siguientes siguen su recuperación para luego ser interrumpido por un titular: “Presidente es asesinado”. Y finalmente “Nuevas Elecciones”.
Tras la muerte del presidente y la caída del militarismo, todas aquellas acciones que El Coronel hizo a favor de su país fueron cuestionadas. Pronto surgieron denuncias y juicios, pero también estaban quienes lo consideraban un héroe. Por ello se aceptó perdonar sus acciones pasadas a cambio de que se retirara del servicio militar.
Frente al mural un hombre de unos 37 años pelo negro aunque con canas ya resaltantes en las patillas y nuca fija sus ojos castaños en las viejas fotos de su carrera. Ahora viste una simple camisa blanca y un pantalón color beige que tiene un cinturón negro. Sus zapatos negros lucen brillantes como si estuvieran recién pulidos con betún. Tras terminar de ver todo el mural se da media vuelta. Es en ese momento que suena su celular. Esto parece extrañarle, primero porque el tono es uno bastante ruidoso.
—Samuel. ¿Has estado cambiando mis tonos de nuevo?
—Sí tío—resuena una voz desde el cuarto de al lado—. Ese sonaba mejor que la anterior.
El Coronel solo suspira mientras mira quien le llama con cierta sorpresa antes de abrir su celular y responder.
—No creí que me llamarías, Bolivia…—comenta con calma.
—Soy Uros. Y… oh, diablos, esto realmente duele… Necesitamos tu ayuda.
— ¿Quién más está contigo?
—De momento Apu Cápac…
—Él debería ser capaz de ayudarte—comenta El Coronel mirando por su ventana—. A fin de cuentas es, según dicen, el místico más poderoso de Latinoamérica.
—Esto es más grave de lo que puede manejar. Necesitamos tu ayuda. Ahhh…
— ¿Qué rayos está pasando?
—Larga historia, debes venir.
— ¿Qué tan grave es?
—No te llamaría si no involucrara a tu país tampoco.
— ¿Dónde exactamente?
—Lago Titicaca, cerca de las islas Uros, 6 km de Puno, Perú. Debes darte prisa.
—Estaré allí pronto.
Y tras decir esto cierra el teléfono y camina hacia su habitación. No hay mayor decoración, salvo un piso alfombrado. A su izquierda un armario cerrado se abre solo cuando él extiende su mano. Dentro hay poca ropa doblada y varias cajas, pero del fondo una de metal avanza hacia él. La tapa se levanta con otro gesto suyo y de adentro sale un uniforme de coronel de fuerza aérea que, además de lucir reforzado en algunas partes incluye unos guantes negros con partes metálicas. El Coronel sonríe.
Poco después el Coronel sale de su habitación con su uniforme ya puesto. Del lado opuesto están dos niños, uno de 10 y otro de 12 años.
— ¿Tío?
—Tengo que salir muchachos, díganle a su papá que regresaré para la cena.
Dicho esto empieza a levitar y con otro gesto abre la puerta corrediza del balcón. Sus sobrinos no parecen salir de su sorpresa.
—Nos vemos chicos.
Dicho esto se eleva en el aire hasta volverse un punto en el cielo. Entonces se produce una explosión sónica y algunas nubes se parten ante el avance de El Coronel Chile.
Y una vez más, el soldado estaba listo para la guerra. Una guerra diferente a las que había peleado hasta entonces…
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Wow, ¿soy yo o estas parte se están volviendo progresivamente más largas?
En fin, El Coronel Chile. Debo admitir que la idea era atractiva y no pude evitar ponerla en práctica. El que sea de ese país es mera casualidad, necesitaba a alguien cerca y la idea de un militar súper héroe en latinoamerica me pareció atractiva. Quizás no sea el único.
Y, con la aparición de El Coronel, por fin ha aparecido el Guerrero de la historia. Esperen la siguiente parte el jueves de la próxima semana.
Nos leemos...
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