El guerrero y el mago
Hay muchas clases de personas en este mundo. Los hay quienes motivan al mundo a mejorar. Quienes no creen que el mundo pueda mejorar sin sacrificios. Quienes pueden cambiarlo, pero no quieren. Quienes quieren y no pueden. Y también quienes buscan sencillamente hundirlo más…
Y en un mundo como este, se requiere mucho de la gente adecuada para cada situación, de gente como ninguno.
Aquella misión no era como las otras.
Sentado en una roca a orillas de un gran lago llamado Titicaca un hombre de unos 42 años quien usa un amplio sombrero negro de alas anchas y un abrigador poncho de colores verde, fucsia y amarillo mezclados en intricados diseños, mira el cielo de la tarde con alegría.
El espectáculo que tiene ante sí es vistoso: nubes anaranjadas en un cielo azul reflejado en el lago mismo que ondula con el viento. Si bien esto normalmente haría tiritar a alguien él al menos sigue activo gracias a ciertas precauciones. En vista de que aún faltan algunos minutos para la hora de la reunión, según puede ver en su reloj, decide entonces sacar una flauta de madera y empezar a tocar.
Las notas de algún modo son audibles, como si el viento, los animales y todo lo demás por un momento se hubieran quedado en silencio para escucharlo. Es una tonada melodiosa tranquila y que inspira paz. Sigue así por varios minutos sin parecer perder el aliento.
—Eres impresionante—comenta otro hombre mientras se le acerca, viste una gruesa casaca marrón, pantalones jeans algo gastados y unas botas bastante gruesas en los pies—. ¿Tocas profesionalmente?
—Hola, Uros. ¿Cómo te ha ido? —responde el primero.
—Nada mal—el hombre se quita el sombrero y le sacude polvo así como el que tiene en la ropa—, las fronteras siguen igual que siempre. Últimamente ayudo en agricultura y construcción. El crimen es crimen estándar. No nos requieren para tanto. Esto por otro lado.
Ambos miran a las relativamente tranquilas aguas. El recién llegado vuelve a ponerse su sombrero. Luce algo nervioso.
— ¿Estás seguro de lo que va a pasar? Sé que no sueles equivocarte, pero…—él mismo se detiene antes de terminar.
—Bastante—responde el aludido con serenidad—. Aunque, créeme, quisiera no tener que preocuparme por esto.
— ¿Cuánto tiempo falta? —pregunta Uros.
—Quince minutos para la sincronización.
—Entonces, es hora de la fiesta.
Varios pilares de tierra se elevan alrededor de Uros mientras éste levanta sus brazos. Luego cierra los puños deteniéndolos en su ascenso y estos se comprimen en rocas de tamaño de balones de fútbol.
Nombre Clave: Uros
Poderes: El poder de manipular la tierra, minerales y demás elementos que componen las capas sedimentarias.
Nacionalidad: Bolivia.
— ¿No vas a preparar un hechizo o algo, Cápac?
—Esta es una misión diplomática, Uros—responde el aludido mientras guarda su flauta y extrae un cayado de entre su poncho. Pareciera imposible que una vara así de larga pudiera haber entrado allí, pero su compañero no parece encontrar esto extraño.
Tras decir esto, el primer hombre golpea su cayado contra el suelo. Las rocas que su amigo ha sacado desaparecen mientras los huecos que habían dejado los pilares son rellenados.
—Trazaré un perímetro alrededor del lago. Así no podrán salir, en caso algo salga mal.
— ¿Puede?
—Espero que no.
Cápac se sienta en la tierra. Sujeta el cayado con ambas manos. Lo clava en el suelo frente al lago mientras murmura lo que parecen oraciones. Rezos a espíritus protectores. El viento parece parar, lentamente la superficie del lago se pone en calma y algo similar a una burbuja de humo se extiende desde el báculo por el contorno del lago.
Nombre Clave: Apu Cápac
Poderes: Místico Clase A. Dominio de hechizos restauradores. Maestro de artes adivinatorias. Experto en protección mística.
Nacionalidad: Perú.
—Esto va a tomar tiempo, ¿verdad? —pregunta Uros mientras genera una especie de sillón con tierra y toma asiento cómodamente.
Y en un mundo como este, se requiere mucho de la gente adecuada para cada situación, de gente como ninguno.
Aquella misión no era como las otras.
Sentado en una roca a orillas de un gran lago llamado Titicaca un hombre de unos 42 años quien usa un amplio sombrero negro de alas anchas y un abrigador poncho de colores verde, fucsia y amarillo mezclados en intricados diseños, mira el cielo de la tarde con alegría.
El espectáculo que tiene ante sí es vistoso: nubes anaranjadas en un cielo azul reflejado en el lago mismo que ondula con el viento. Si bien esto normalmente haría tiritar a alguien él al menos sigue activo gracias a ciertas precauciones. En vista de que aún faltan algunos minutos para la hora de la reunión, según puede ver en su reloj, decide entonces sacar una flauta de madera y empezar a tocar.
Las notas de algún modo son audibles, como si el viento, los animales y todo lo demás por un momento se hubieran quedado en silencio para escucharlo. Es una tonada melodiosa tranquila y que inspira paz. Sigue así por varios minutos sin parecer perder el aliento.
—Eres impresionante—comenta otro hombre mientras se le acerca, viste una gruesa casaca marrón, pantalones jeans algo gastados y unas botas bastante gruesas en los pies—. ¿Tocas profesionalmente?
—Hola, Uros. ¿Cómo te ha ido? —responde el primero.
—Nada mal—el hombre se quita el sombrero y le sacude polvo así como el que tiene en la ropa—, las fronteras siguen igual que siempre. Últimamente ayudo en agricultura y construcción. El crimen es crimen estándar. No nos requieren para tanto. Esto por otro lado.
Ambos miran a las relativamente tranquilas aguas. El recién llegado vuelve a ponerse su sombrero. Luce algo nervioso.
— ¿Estás seguro de lo que va a pasar? Sé que no sueles equivocarte, pero…—él mismo se detiene antes de terminar.
—Bastante—responde el aludido con serenidad—. Aunque, créeme, quisiera no tener que preocuparme por esto.
— ¿Cuánto tiempo falta? —pregunta Uros.
—Quince minutos para la sincronización.
—Entonces, es hora de la fiesta.
Varios pilares de tierra se elevan alrededor de Uros mientras éste levanta sus brazos. Luego cierra los puños deteniéndolos en su ascenso y estos se comprimen en rocas de tamaño de balones de fútbol.
Nombre Clave: Uros
Poderes: El poder de manipular la tierra, minerales y demás elementos que componen las capas sedimentarias.
Nacionalidad: Bolivia.
— ¿No vas a preparar un hechizo o algo, Cápac?
—Esta es una misión diplomática, Uros—responde el aludido mientras guarda su flauta y extrae un cayado de entre su poncho. Pareciera imposible que una vara así de larga pudiera haber entrado allí, pero su compañero no parece encontrar esto extraño.
Tras decir esto, el primer hombre golpea su cayado contra el suelo. Las rocas que su amigo ha sacado desaparecen mientras los huecos que habían dejado los pilares son rellenados.
—Trazaré un perímetro alrededor del lago. Así no podrán salir, en caso algo salga mal.
— ¿Puede?
—Espero que no.
Cápac se sienta en la tierra. Sujeta el cayado con ambas manos. Lo clava en el suelo frente al lago mientras murmura lo que parecen oraciones. Rezos a espíritus protectores. El viento parece parar, lentamente la superficie del lago se pone en calma y algo similar a una burbuja de humo se extiende desde el báculo por el contorno del lago.
Nombre Clave: Apu Cápac
Poderes: Místico Clase A. Dominio de hechizos restauradores. Maestro de artes adivinatorias. Experto en protección mística.
Nacionalidad: Perú.
—Esto va a tomar tiempo, ¿verdad? —pregunta Uros mientras genera una especie de sillón con tierra y toma asiento cómodamente.
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Y esa es la primera parte de una corta historia que espero tener para la siguiente semana. ¿Que cómo se me ocurrió? Pues estaba creando otra serie de personajes con súper poderes y me di cuenta que tenía muchos personajes basicamente imitaciones de los icónicos de DC y Marvel quienes son geniales y todo, pero son de Norteamérica. Buscando crear héroes algo más apegados a lo que es más familiar conmigo decidí crear algunos latinoamericanos y aquí veremos algunos.
Y por cierto, en caso se pregunten como sería lo que toca Apu Cápac en la flauta, pues me gusta pensar que es esta tonada:
Y con ese detalle los dejo hasta la siguiente parte.
Nos leemos...
Y esa es la primera parte de una corta historia que espero tener para la siguiente semana. ¿Que cómo se me ocurrió? Pues estaba creando otra serie de personajes con súper poderes y me di cuenta que tenía muchos personajes basicamente imitaciones de los icónicos de DC y Marvel quienes son geniales y todo, pero son de Norteamérica. Buscando crear héroes algo más apegados a lo que es más familiar conmigo decidí crear algunos latinoamericanos y aquí veremos algunos.
Y por cierto, en caso se pregunten como sería lo que toca Apu Cápac en la flauta, pues me gusta pensar que es esta tonada:
Y con ese detalle los dejo hasta la siguiente parte.
Nos leemos...
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